Wednesday, April 22, 2020

Cubanareum se estrena

Jesús Rosado

Así, difuso, blurred como el logotipo concebido por el artista Eduardo Sarmiento,  se desliza tardíamente en la blogosfera, cuando ya el recurso es casi expresión prehistórica, este espacio que lejos está de ser pretencioso como alguna vez pudo haber sido su propósito como herramienta investigativa.

Cubanareum se concibió hace diez años atrás. Aspiraba a cubrir ese horror vacui que experimentaba, y aún experimenta con signo plus, la historiografía de la diáspora cubana ante seis décadas de historia cultural carentes de un proyecto de sistematización del conocimiento.

Dos conversaciones, en dos distantes citas entre plazos en esos años, con el recién fallecido Ricardo Viera, reconocido museólogo, investigador y artista cubanoamericano, a más de ser un prójimo excepcional, me habían convencido de que la urgencia que exigía el rescate de ese agujero blanco solo podía resolverse en una plataforma digital y apelar a las ventajas del mundo virtual. Ahí estaba la solución. Claro, exigía de una inversión porque había que montar el website y se necesitaba personal para introducir la data. 

Se pensaba comenzar con las artes visuales, para luego expandirlo a otras manifestaciones artísticas. En ese entonces yo había elaborado un registro de más de quinientos artistas plásticos en el exilio.

Cuando se inauguró el Museo Americano de la Diáspora Cubana, en noviembre de 2016, no cabía en júbilo. Sentí cerca la posibilidad de llevar a la realidad el proyecto. Parte del dinero asignado al Museo se podría destinar a la logística informática y con la colaboración de internships emprender el proyecto. 

La sustancia para los historiadores es la data. Menospreciar el papel de la recolección, documentación, compilación como sustancia para la maniobra del investigador es desconocer los principios de la metodología de la investigación en las ciencias sociales.

Y esa ignorancia fue la que desdichadamente predominó. Era preferible hacer un disparatado contrato con una compañía de marketing ascendente a decenas de miles de dólares mensuales que dotar al Museo de una base investigativa. Era preferible despilfarrar el dinero en openings suntuosos que resguardarlo para cumplir con la misión científica de un museo.

Y Cubanareum, entonces, hizo su ascenso al cadalso.

Hoy, más que una dolorosa frustración, es una hermosa ofrenda potencial a mis 63 años. El proyecto, en su primera etapa, aspiraba a involucrar a investigadores, críticos, curadores de todas las latitudes de la diáspora: Iván de la Nuez, Omar Pascual-Castillo, Suset Sánchez, William Navarrete, Dennys Matos, Willy Castellanos-Adriana Herrera, Janet Batet, Carlos A. Aguilera, Rafael López Ramos, Alfredo Triff, Iris Leyva-Pérez, Aldo Menéndez, Inverna Lockpez, Coco Fusco, Elvis Fuentes, Olga Viso, Alejandro Anreus, Leandro Soto, los difuntos Ricardo Viera y Carlos M. Luis, etc. Se trataba de configurar un sistema cruzado que permitiría clasificar el banco de datos por género, raza, generaciones, época, temas, ubicaciones geográficas, estilos, tendencias...susceptible a las más disímiles consultas.

Gracias a Dios que he leído en declaraciones recientes de la actual directora de Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami, Elizabeth Cerejido,  que se encargará de poner especial énfasis en el estudio de las artes visuales en el exilio. Ello posiblemente involucre la correspondiente digitalización.

Pero todo lo que viene después en otras manifestaciones quedará pendiente.

Ahora Cubanareum aspira a ser solo un un blog. No, no va a ser un sitio de textos especializados, dilectos amigos. Nada de densidades, metatrancas y globos intelectualoides. Nada de debates interminables, y polémicas sofisticadas. Es un blog personal sencillo, campechano, casi guajiro, con comentarios y apuntes a la cultura cubana en el exilio. Y digo cultura como experiencia en su acepción más abarcadora. Habrá concepto, texto diáfano y choteo. Se tendrá la ventaja de hablar de museología y de dominó simultáneamente. Va a ser, ante lo inalcanzable, un globo multicolor con pitos y matracas.

Si algún colaborador quiere enviar algo estoy abierto a ello. Y, por supuesto, como es personal, estará salpicado de breaks y escapes, es decir descargas a deshoras para soliviantar el ánimo. Cuando eso pase, coño, vacilen.
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Nota aclaratoria: Para los que me han preguntado. Nada en particular ha sucedido con Tumiami. Simplemente el blog de Alfredo y Rosie contiene compromisos planificados y estrategias con respecto al hackeo que no siempre me permiten publicar a mi antojo. El proyecto de mi blog se venía horneando desde hace algunos meses para resolver esos destiempos y era apoyado por Triff. A Tumiamiblog le agradezco la oportunidad de haber sido fiel colaborador y de permitir foguearme y adquirir experiencia. Gratitud eterna para Alfredo y Rosie.

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